Entrevista a Madhava (Revista Neoforma)



La escuela de Yoga Sanatana Dharma inició su andadura hace más de 25 años de la mano de Manuel Paz Macazaga. Manuel comenzó a impartir clases de Yoga en el año 79 en la localidad de Azpeitia con un solo alumno. En la actualidad, la escuela ha formado a más de 900 profesores de Yoga y existen Escuelas de Yoga con el sello de Sanatana Dharma por toda la península.

¿Cuál fue tu inicio en el mundo del Yoga?
Yo practicaba judo y tenía un gimnasio con varios socios en San Sebastián. Un día uno de los socios decidió que íbamos a empezar a dar Yoga en el gimnasio, me dio un libro sobre YOGA Y DEPORTE y me dijo que yo iba a ser el profesor. A mí, a priori, el yoga me parecía algo de gente blanda; leí aquel libro por compromiso y cuál fue mi sorpresa al comprobar que todo lo que leí era algo que hacía mucho tiempo sentía y guardaba dentro de mí, sin expresarlo por miedo a parecer raro. A partir de entonces empecé a devorar libros de Yoga. En los años 1977-78 me formé con Swami Vishnudevananda en el ashram de Canadá y obtuve el título de profesor de yoga. Dejé el gimnasio y mi trabajo como director comercial en una empresa de ingeniaría eléctrica y abrí una escuela de yoga en Azpeitia. Al principio tuve solamente un alumno durante tres meses, después se apuntaron algunos más y al final del año ya éramos 40 ó 50 personas. Más tarde, sin dejar las clases en Azpeitia, empecé a dar clases en Eibar, Zumaia, Ondarroa… y en el año 1981 adquirí la casa que ahora es un ashram en Zestona. Desde entonces damos cursos de formación de profesores en el ashram y otros cursos complementarios para esos profesores.

¿Por qué formar profesores de Yoga?
Desde el principio tuve claro que tenía algo que decir. Empecé a decirlo y todavía no he parado. A través de la enseñanza del yoga le doy forma a lo que quiero transmitir. Si solamente yo transmito este mensaje puedo llegar a muy pocos. Pero si formo a profesores podemos llegar a más gente.

En Sudáfrica, en tiempos del Apartheid, fue un revolucionario el que dijo: “Si yo enseño a leer a 3 personas y estas 3 a otras 3 y así sucesivamente, todos los negros sabrán leer y escribir y entonces ya no podrán humillarnos y subyugarnos nunca más”. Claro que a él lo mataron. Yo apuesto por expandir el conocimiento del yoga a través de los profesores que se forman en la escuela.

El yoga no es más que alcanzar esa meta que es el conocimiento de la verdad de nosotros mismos. Ese conocimiento es lo más importante que uno puede enseñar y lo más importante que alguien puede recibir.

No es lo mismo caminar inconscientemente sin darnos cuenta de hacia dónde vamos que caminar siendo conscientes de hacia dónde tenemos que ir. A menudo la vida nos enseña y nos conduce a través del sufrimiento. Si la meta es el conocimiento de la verdad y caminamos hacia ella conscientemente, hacemos innecesario el sufrimiento y todas las vías de las que se sirve para aparecer en la vida.


¿Cómo es posible que muchas escuelas de Yoga en España lleven el sello de Sanatana Dharma?
A lo largo de todos estos años hemos ido formando cerca de 900 profesores y muchos de ellos abren posteriormente su propia escuela de Yoga. Para darles un respaldo y poder facilitar la comunicación entre ellos, hace unos 5 años creamos el colegio de profesores de yoga de Sanatana Dharma. Con ello queremos aportar a los profesores una estructura sólida que proteja su actividad. El colegio tiene muchas aplicaciones útiles para el trabajo de los profesores y hoy por hoy hay unos 300 profesores colegiados.
Las escuelas están repartidas por toda la península; hay escuelas en Barcelona, Madrid, Galicia, Gipuzkoa, Valencia y Burgos. Además, hay muchos profesores de la escuela Sanatana Dharma que trabajan en otros lugares como polideportivos, otros centros de Yoga, etc.